España dice adiós al ADSL: una absorción total de la fibra óptica

España dice adiós al ADSL: una absorción total de la fibra óptica

España acaba de hacer historia digital al convertirse en el primer país que retira completamente su red ADSL de la vieja escuela. El gigante de las telecomunicaciones Telefónica dio el pistoletazo de salida el 27 de mayo, desmantelando las últimas 661 centrales de cobre que daban servicio a millones de hogares a velocidades lentas, propias de la era del acceso telefónico. Con más de 8.500 centrales eliminadas desde 2014, la transformación digital del país está oficialmente completada.

El telón final del ADSL

Tras una década de esfuerzos, Telefónica ha concluido la limpieza masiva de su red, garantizando que todos los rincones del país dispongan ahora de una moderna conexión de fibra. Esto significa más de 31 millones de hogares por fin pueden despedirse de sus chirriantes líneas de cobre y disfrutar de velocidades de Internet ultrarrápidas.

Para muchos españoles, el ADSL era la única opción de banda ancha hasta que los cables de fibra óptica empezaron a serpentear por ciudades y pueblos alrededor de 2014. Pero a medida que se disparaba la demanda de streaming, trabajo remoto, juegos y dispositivos domésticos inteligentes, el cobre simplemente no podía seguir el ritmo. Ahora, con la fibra instalada, los usuarios pueden esperar velocidades de descarga de hasta 1 Gbps y una fiabilidad a toda prueba.

Por supuesto, arrancar infraestructuras de hace décadas no es tarea fácil. Sólo esta primavera, los técnicos han pasado meses desmantelando 661 centrales, extrayendo cuidadosamente los cables y modernizando las líneas. Es un enorme logro logístico y un gran paso hacia una España totalmente digital.

Entre bastidores: El despliegue de fibra de Telefónica

¿Cómo lo ha conseguido Telefónica? La salsa secreta fue una estrategia múltiple: inversión agresiva, asociaciones regionales y planificación inteligente. A partir de 2014, la empresa invirtió miles de millones en el tendido de cables de fibra óptica, dando prioridad a las zonas densamente pobladas y avanzando gradualmente hacia las zonas rurales.

Colaboraciones público-privadas desempeñado un papel clave. A menudo, los gobiernos locales han contribuido a extender la fibra a pueblos remotos en los que normalmente no tendría sentido desde el punto de vista económico. Al aunar recursos, Telefónica y las autoridades municipales se aseguraron de que ninguna comunidad quedara abandonada a su suerte digital.

Otro factor fue el entusiasmo de los consumidores. En cuanto los habitantes de los pueblos y las ciudades se enteraron de la velocidad vertiginosa de la fibra, se dispararon las suscripciones. Telefónica aprovechó esa demanda para justificar una mayor expansión de la red, creando un círculo virtuoso: más usuarios significaban más ingresos, que financiaban una mayor penetración de la fibra.

Francia y otros países: Un cambio más gradual

En comparación, el planteamiento de "todo o nada" de España es único. Francia, por ejemplo: el plan francés es más gradual. El país pretende completar su despliegue de fibra para 2030, cinco años después del corte de España, y están desconectando el ADSL central por central en lugar de en masa.

A principios de año, Francia retiró del club ADSL a su primera tanda de 162 municipios. Los siguientes: 800 más en 2026, y más de 2.100 en 2027. Algunas ciudades, como Rennes, ya se han pasado totalmente a la fibra, desconectando el cobre en abril. Pero las regiones rurales aún tienen tiempo de prepararse.

Para no dejar a nadie sin conexión, las autoridades francesas están fomentando alternativas como los routers domésticos 4G/5G e incluso servicios por satélite como Starlink. Es una solución provisional que mantiene a la gente conectada hasta que por fin llegue la fibra.

El futuro: Inalámbrico y más allá

Con el cobre en el retrovisor, España -y pronto otros países- miran al futuro de la conectividad inalámbrica. Por todas partes están apareciendo opciones de banda ancha doméstica 4G y 5G que ofrecen velocidades que rivalizan con los antiguos planes de fibra sin necesidad de cavar zanjas ni tender cables.

Internet por satélite también está ganando terreno. Empresas como Starlink prometen acceso de alta velocidad incluso a las zonas más remotas, aunque la latencia y las condiciones meteorológicas aún pueden plantear problemas. Pero para las regiones donde la fibra óptica sigue siendo un sueño, los satélites ofrecen una vía viable hacia la autopista digital.

En última instancia, el triunfo de la fibra óptica en España demuestra que las medidas audaces en materia de infraestructuras dan sus frutos. Otros países estarán muy atentos, sopesando si adoptar una estrategia similar o seguir con un despliegue más comedido. Una cosa es cierta: el cobre es oficialmente historia, y la era de las redes de alta velocidad preparadas para el futuro ha llegado para quedarse.

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