No es ningún secreto que BYD está que arde últimamente. Desde que se hizo con el título de primer fabricante mundial de vehículos eléctricos en abril de 2025, el gigante de Shenzhen no ha aflojado el ritmo. Entre el récord de entregas y la reciente presentación del elegante Dolphin Surf, BYD no muestra signos de desaceleración.
A pesar de la fanfarria, la empresa se encuentra bajo la lupa en su propio país. Corren rumores sobre una contabilidad creativa en sus cifras de ventas y los competidores se apresuran a señalar con el dedo. Sin embargo, la dirección de BYD insiste en que sus cuentas son sólidas como una roca.
Con la demanda de vehículos eléctricos disparándose en todo el mundo, nunca ha habido tanto en juego. ¿Cómo navegará BYD por estas aguas turbulentas? Sus últimas declaraciones públicas pretenden tranquilizar a los inversores y, admitámoslo, dar la razón a los detractores.
Enfrentarse al fuego: acusaciones de tácticas de venta
En las últimas semanas, los rumores sobre una supuesta "táctica para aumentar las ventas" se han convertido en titulares en toda regla. Los críticos acusan a BYD de inflar sus cifras registrando los coches no vendidos como vehículos usados de kilómetro cero y ofreciéndolos después con grandes descuentos. Se trata de una medida destinada a eliminar el exceso de inventario, pero no está ganando precisamente concursos de popularidad en Pekín.
Al parecer, el propio gobierno chino ha convocado a varios fabricantes de automóviles para que expliquen sus prácticas contables. Mientras tanto, Wei Jianjun, Consejero Delegado de Great Wall Motor, causó sensación al comparar a BYD con Evergrande, el coloso inmobiliario chino con problemas. Sugirió que un "Evergrande automovilístico" acecha bajo la superficie, listo para implosionar.
Por supuesto, BYD no iba a quedarse de brazos cruzados. Li Yunfei, jefe de relaciones públicas de la empresaEn Weibo, BYD contraatacó. Declaró que los fabricantes de automóviles chinos, BYD incluida, están en mejor situación financiera que sus rivales extranjeros. Para él, Evergrande es un cuento con moraleja, no un pronóstico.
Haciendo números: BYD contra el mundo
Los números son la mejor defensa de Li. Cuando los críticos señalaron el ratio activo-pasivo de BYD de 70% como una señal de alarma, Li se apresuró a comparar. Ford tiene 84% y Boeing supera los 100%. Entre sus homólogas chinas, Geely está en 68% y Seres en 76%. De repente, el ratio supuestamente arriesgado de BYD parece positivamente conservador.
Los niveles de deuda cuentan una historia similar. BYD debe aproximadamente 580.000 millones de yuanes (unos 70.000 millones de euros), lo que suena fuerte hasta que te enteras de que la deuda de Volkswagen asciende a la friolera de 3,4 billones de yuanes (415.000 millones de euros). Incluso SAIC, un peso pesado chino, tiene un pasivo de 74.000 millones de euros. En el frente de la deuda con intereses (préstamos bancarios y bonos), la cifra de BYD de 3.000 millones de euros palidece en comparación con los 220.000 millones de Toyota.
En resumen, BYD sostiene que sus finanzas no sólo son saludables, sino envidiables. Los inversores que busquen comparaciones de balances quizá quieran comparar los libros de BYD con los de los fabricantes de automóviles tradicionales y ver quién sale ganando.
La etiqueta "Evergrande de la automoción", contra los mitos
Entonces, ¿hay un "Evergrande de la industria automovilística" a punto de estallar? El portavoz de BYD cree que no. Sostiene que los problemas del gigante inmobiliario se debieron a estructuras de deuda especulativas y costes de proyecto disparados, problemas que simplemente no se aplican a la fabricación de automóviles.
En su lugar, Li señala el beneficio de BYD de 40.300 millones de yuanes (unos 4.900 millones de euros) en 2024 y el fuerte gasto en I+D. Si a esto añadimos las crecientes reservas de efectivo de la empresa, tenemos lo que él llama "el rendimiento operativo más sólido de BYD en 30 años". No es un castillo de naipes.
El camino por recorrer: Lo que esto significa para el sector
Los fabricantes chinos controlan ya más del 60% de su mercado nacional y su presencia mundial no deja de crecer. BYD ha llegado incluso a superar a Tesla en Europa, ocupando el primer o segundo puesto en ventas de vehículos eléctricos. No se trata de un parpadeo, sino de una señal de hacia dónde se dirige la industria.
Con la movilidad eléctrica reconfigurando el panorama automovilístico, la solidez financiera es algo más que presumir. Es la base de futuras inversiones en tecnología, capacidad y distribución mundial. Si las afirmaciones de BYD se cumplen, cabe esperar una expansión más agresiva de las marcas chinas, y mucha más competencia para las empresas tradicionales.
En conjunto, este tira y afloja financiero en torno a ratios, deudas y rumores constituye un viaje apasionante. Abróchate el cinturón, porque la verdadera revolución de los vehículos eléctricos podría no haber hecho más que empezar.