Los coches eléctricos están apareciendo por todas partes estos días, y por una buena razón: son más respetuosos con el planeta y más ligeros para el bolsillo cuando se vacía el depósito de combustible. Pero admitámoslo, incluso fabricar un coche de emisiones cero no es precisamente ecológico si tenemos en cuenta el proceso de fabricación. Ahí es donde la magia de reequipar entra en juego.
En lugar de fabricar vehículos eléctricos nuevos, los talleres de reacondicionamiento cambian el motor de gasolina y la transmisión de un coche por un motor eléctrico, le ponen una batería nueva y le dan una nueva vida a su viejo vehículo. En Francia, una empresa estaba a la cabeza hasta que, lamentablemente, tuvo que tirar la toalla.
Del Twingo al eléctrico: La revolución del reequipamiento
Fundada en 2020, Lormauto se estableció en el corazón de Normandía con una misión sencilla: convertir los Renault Twingo de primera generación en pequeños y elegantes vehículos eléctricos urbanos. Quitarían el motor de combustión, instalarían un Motor eléctrico de 52 caballosy cablear una batería LFP (litio-ferrofosfato) de 16 kWh que ofrecía hasta 100 kilómetros de autonomía. ¿Velocidad máxima? Unos respetables 130 km/h, suficiente para desplazarse por la ciudad o salir a la autopista en una escapada de fin de semana.
El atractivo era innegable. ¿Por qué construir un coche nuevo cuando se puede reciclar un chasis y un interior en perfecto estado? Lormauto pretendía reacondicionar 3.000 Twingos al año y, tras presentar su nueva y reluciente fábrica en el Salón del Automóvil de París de 2024, iba camino de dar empleo a unas 120 personas. Todo el mundo salía ganando: se reducían las emisiones de la producción, se recuperaban modelos clásicos y se creaban puestos de trabajo locales. Por desgracia, la historia no terminó con aplausos y champán.
La dura realidad de las empresas emergentes de VE
Dirigir un taller de reequipamiento de vehículos eléctricos no es tarea fácil. Desde abastecerse de baterías de calidad hasta optimizar el rendimiento del motor y conseguir la homologación, se necesita un pequeño ejército de ingenieros, fabricantes y administrativos. El cofundador de Lormauto, Franck Lefevre, admite que quizá subestimaron la ardua batalla contra las "fuerzas adversas", es decir, la maquinaria bien engrasada de las ventas de nuevos vehículos eléctricos respaldada por fabricantes de equipos originales con mucho dinero.
Mientras los fabricantes de automóviles tradicionales y las nuevas empresas ambiciosas invertían miles de millones en I+D, infraestructuras y llamativas campañas de marketing para los modelos recién salidos de la cadena de montaje, las empresas de reequipamiento se encontraban en una situación más difícil. Los contratiempos en la cadena de suministro y los elevados costes de los componentes no ayudaron, y los márgenes de las conversiones de segunda mano son notoriamente escasos. Para empeorar las cosas, los clientes a menudo veían los nuevos incentivos para VE más atractivos que la conversión de un viejo Twingo.
Escollos políticos y déficit de financiación
Aunque parezca mentira, Francia legalizó la retroalimentación oficial de VE en 2020, pero con estrictas normas técnicas. Lormauto cumplía todos los requisitos: seguridad, almacenamiento y rendimiento. Sin embargo, incluso con un impulso estatal de hasta 5.000 euros por coche (para hogares con bajos ingresos), la economía se quedó corta. En un momento dado, Bpifrance y el Ministerio de Industria habían previsto una inversión de unos 2 millones de euros para Lormauto. Luego, a mitad de la partida, las reglas se modificaron y el apoyo se evaporó.
"Se barrió un acuerdo político. La urgencia ignorada. El futuro en peligro", denunció Lefevre en LinkedIn. No se contuvo y acusó al Gobierno de favorecer a los nuevos y elegantes modelos en detrimento del movimiento popular de retroadaptación. Mientras tanto, las tradicionales bonificaciones para vehículos eléctricos nuevos alcanzaban los 6.000 euros (ahora están limitadas a 4.000), además de planes de alquiler social para atraer a los conductores hacia los nuevos vehículos eléctricos. ¿Los retrofiters? Desaparecidos.
¿Qué le espera al movimiento de retroadaptación?
A pesar de este contratiempo, Lefevre no está dispuesto a tirar la toalla. "Diseñar y producir un vehículo eléctrico accesible y reparable es totalmente factible", afirma. Está a la caza de un comprador o inversor que comparta su visión antes de que Lormauto cierre definitivamente. Si eso no ocurre, un enfoque innovador de la movilidad sostenible podría desaparecer junto con la primera línea de Twingo retrofit de Francia.
Pero sepan esto: El cierre de Lormauto no es solo un titular local. Pone de relieve el tira y afloja más amplio entre los fabricantes de equipos originales de gran presupuesto y los innovadores de base que defienden la economía circular. En un momento en que los gobiernos de todo el mundo se apresuran a cumplir los objetivos climáticos, la pregunta sigue siendo: ¿defenderán los responsables políticos el reciclaje y la retroadaptación, o seguirán financiando modelos nuevos y relucientes? El panorama de la retroadaptación es aún joven y está ávido de cambios. Si crees tanto en el reciclaje como en la electrificación de las carreteras, no lo descartes todavía.