Europa se enfrenta a una nueva crisis de la cadena de suministro de vehículos eléctricos: Las tierras raras se agotan

Europa se enfrenta a una nueva crisis de la cadena de suministro de vehículos eléctricos: Las tierras raras se agotan

Si pensabas que los peores contratiempos en la cadena de suministro de vehículos eléctricos (VE) habían quedado atrás, abróchate el cinturón. Se avecina una nueva crisis y tiene que ver con los elementos de tierras raras. Estos minerales esenciales alimentan los motores y otros componentes clave de los vehículos eléctricos, pero su disponibilidad está gravemente amenazada.

Tras superar la escasez de semiconductores y los problemas de suministro de litio, la industria automovilística se debate ahora por una posible escasez de tierras raras. Veamos qué está pasando, por qué es importante y qué pueden hacer los fabricantes europeos para evitar otro bache.

La inminente escasez de tierras raras

Los elementos de tierras raras pueden tener un nombre engañoso. No es que escaseen -la corteza terrestre los contiene en abundancia-, pero son muy difíciles de extraer y procesar. Elementos como el neodimio y el disprosio son esenciales para los motores eléctricos de alto rendimiento y la electrónica avanzada de los vehículos modernos.

¿El truco? China domina este mercado, ya que supervisa alrededor de 90% de la extracción mundial de tierras raras y casi todas las instalaciones de procesamiento. Sin alternativas fiables, el resto del mundo es vulnerable a las decisiones de producción de Pekín.

Restricciones estratégicas chinas a la exportación

A finales del año pasado, China anunció controles de exportación más estrictos sobre siete materiales vitales, entre ellos varios metales de tierras raras. En respuesta a los aranceles estadounidenses, el gobierno chino exige ahora a los exportadores permisos especiales, que pueden ser denegados o revocados en un breve plazo.

Este cambio de política provocó una conmoción en el sector automovilístico. De repente, incluso las empresas que contaban con buenas reservas temían que su suministro desapareciera si los reguladores chinos decidían retirarlo. Y como estos minerales viajan a través de las cadenas de suministro mundiales en un sistema "justo a tiempo" estrechamente sincronizado, cualquier retraso corre el riesgo de detener por completo las líneas de producción.

Efectos devastadores en la producción de automóviles

Los expertos del sector advierten de que muchos fabricantes de automóviles sólo disponen de tierras raras para unas pocas semanas. Una vez agotadas esas reservas, la producción podría paralizarse. Para un mercado ya afectado por la caída de las ventas del año pasado, esta situación sería catastrófica.

Los precios ya han empezado a subir-algunos metales de tierras raras han subido 40-50% en pocos meses. Si esta tendencia se mantiene, los precios de los vehículos eléctricos podrían dispararse, socavando uno de sus principales argumentos de venta: la asequibilidad. Y no sólo los coches eléctricos están en peligro. Los vehículos tradicionales utilizan tierras raras para la dirección asistida, los sensores y los sistemas de emisiones.

¿Qué les espera a los fabricantes de automóviles y a Europa?

Sin soluciones rápidas a la vista, los fabricantes de automóviles deben replantearse sus estrategias de abastecimiento. Algunos están explorando asociaciones con minas de Australia, África y Estados Unidos, pero poner en marcha estas operaciones lleva años. Otros están cerrando acuerdos con proveedores chinos para asegurar volúmenes y precios.

Mientras tanto, Los gobiernos europeos están en el punto de mira acelerar los proyectos nacionales de extracción. Aunque en Europa existe un puñado de yacimientos de tierras raras, los obstáculos medioambientales y los retrasos normativos han paralizado su desarrollo. Sin una actuación rápida, Europa seguirá a merced de los proveedores extranjeros.

Reciclado e innovación

En el lado positivo, el reciclado de pilas usadas y componentes electrónicos podría aliviar algo la presión. Están surgiendo procesos avanzados que pueden recuperar hasta 90% de tierras raras de productos al final de su vida útil. La ampliación de estos métodos podría transformar los residuos en una valiosa materia prima para los nuevos vehículos eléctricos.

Las empresas también están experimentando con diseños de motores que reducen el uso de tierras raras. Aunque actualmente estos motores van a la zaga en cuanto a rendimiento y eficiencia, la investigación en curso podría ofrecer alternativas viables en los próximos años. Reducir la dependencia de materiales escasos podría ser la póliza de seguro definitiva contra la escasez futura.

A fin de cuentas, las ambiciones europeas en materia de vehículos eléctricos dependen de que se garantice un suministro estable y diversificado de tierras raras. De lo contrario, los fabricantes de automóviles se quedarán atascados en el carril lento, y los conductores podrían tener que hacer frente a precios más altos y esperas más largas para su próximo vehículo eléctrico. Una cosa es segura: esta crisis está lejos de haber terminado, y todos, desde los responsables políticos hasta los ingenieros, tendrán que pisar el acelerador para evitar un desastre en toda regla.

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