¿Con qué frecuencia montan en bicicleta los franceses? Principales conclusiones de la encuesta 2024

¿Con qué frecuencia montan en bicicleta los franceses? Principales conclusiones de la encuesta 2024

¿Te preguntas cuánto se mueven los franceses sobre dos ruedas? En un momento en que la inflación reduce los presupuestos y el mercado de la bicicleta se resiente, la encuesta anual del Gobierno sobre el uso de la bicicleta nos ofrece nuevos datos. El último informe, con datos hasta 2024, revela algunos cambios sorprendentes en los hábitos de uso de la bicicleta eléctrica y tradicional en Francia.

Tanto si eres un ciclista empedernido, un ciclista ocasional de fin de semana o simplemente sientes curiosidad por las tendencias del transporte, abróchate el cinturón. Analizamos las cifras, exploramos las peculiaridades regionales e incluso comprobamos los hábitos de uso del casco. Alerta: no todo el mundo lleva casco, y una parte de los propietarios de e-bikes puede que vayan demasiado rápido.

Tendencias generales del ciclismo en Francia

En primer lugar, veamos el panorama general. El año pasado, 35% de los residentes franceses pedaleaban al menos una vez al mes, mientras que 24% lo hacían semanalmente. Esto representa un ligero descenso con respecto a las cifras de 2023 (37% mensuales, 25% semanales), lo que apunta a una pequeña pero notable ralentización del entusiasmo por la bicicleta.

A pesar de esta ligera caída, la bicicleta sigue siendo un medio de transporte popular. Curiosamente, Francia está por detrás de potencias ciclistas como Alemania, donde la friolera de 59% de personas se suben a una bicicleta cada mes. Parece que el gusto de los galos por las rotondas y las calles estrechas sigue siendo un obstáculo para muchos ciclistas.

Propiedad de bicicletas eléctricas frente a tradicionales

Aumentan las tasas de propiedad

En cuanto a la propiedad de bicicletas, los hogares franceses tienen ahora una media de 0,4 bicicletas por persona, frente a las 0,5 del año pasado. Puede parecer un retroceso, pero forma parte de una tendencia a largo plazo hacia los servicios compartidos y las reparaciones frente a las compras directas. Aun así, casi 44% de hogares cuentan con al menos una bicicleta, frente a 32% en 2019.

La cuota de mercado de las bicicletas eléctricas es cada vez mayor. Las bicicletas eléctricas representan ya 9% de todas las bicicletas que hay en los hogares franceses, frente a 8% el año pasado. Y lo que es aún más notable, 28% de las bicicletas de uso habitual son eléctricas, lo que demuestra que una vez que la gente tiene una bicicleta de pedaleo asistido, tiende a quedarse con ella.

Uso del casco y riesgos de la velocidad

Los hábitos de seguridad son dispares. Alrededor de 36% de los ciclistas admiten que nunca llevan casco, lo que supone una ligera mejora respecto a los 37% del año pasado, pero sigue siendo revelador. Algunas regiones son más estrictas, pero las leyes sobre el uso del casco en Francia suelen recomendarse más que aplicarse, por lo que muchos ciclistas se la juegan sin protección.

Más preocupante aún: 25% de los propietarios de e-bikes afirmaron que su asistencia no está limitada al límite legal de 25 km/h. Claro que existen los velocípedos, pero representan menos del 1% de las bicicletas en Francia. Esto sugiere un malentendido de las normas o una manipulación deliberada de los limitadores de velocidad, un problema que las autoridades están tratando de resolver.

Diferencias regionales y demográficas

Dónde y quién va en bici

El estudio señala que las tasas de uso de la bicicleta sólo varían ligeramente según las regiones, pero sigue habiendo claras punteras. Bourgogne-Franche-Comté y Grand Est encabezan la tabla con 27% de sus habitantes que montan en bicicleta con regularidad, superando a Pays de la Loire. En el otro extremo, Provenza-Alpes-Costa Azul y Córcega registran sólo 20% de ciclistas habituales.

Los centros urbanos mantienen una pequeña ventaja sobre las zonas rurales: 30% de los habitantes de las ciudades van en bicicleta al menos una vez al mes, frente a 26% en el campo. La diferencia es menor de lo que podría pensarse, lo que sugiere que las mejoras de las infraestructuras rurales y los programas de uso compartido de bicicletas están dando sus frutos más allá de las grandes ciudades.

Diferencias entre hombres y mujeres

Las diferencias de género siguen siendo significativas. Casi 29% de los hombres montan en bicicleta al menos una vez a la semana, frente a sólo 20% de las mujeres. Esta cifra es prácticamente la misma que la del año pasado (31% para los hombres, 19% para las mujeres), y pone de manifiesto los obstáculos culturales y de seguridad que disuaden a las mujeres de montar en bicicleta con la misma frecuencia.

La edad también influye: 36% de las personas de 11 a 34 años montan en bicicleta semanalmente, pero sólo 13% de las de 65 a 85 años lo hacen. El acceso, la comodidad y los niveles de confianza son factores que influyen, lo que significa que los programas dirigidos a las personas mayores podrían ayudar a aumentar esas cifras.

Mirando al futuro: ¿Qué le espera al ciclismo francés?

Los próximos años serán cruciales para el ciclismo en Francia, con un ligero descenso del uso general pero un aumento constante de la adopción de bicicletas eléctricas. Los proyectos de infraestructuras, como carriles bici protegidos y aparcamientos seguros, podrían hacer que los ciclistas ocasionales volvieran a desplazarse sobre dos ruedas, sobre todo si la inflación sigue empujando al alza los precios del combustible.

Gobiernos locales ya están experimentando con carriles bici emergentes e incentivos para ir en bici al trabajo. Si estos proyectos piloto se extienden, podríamos ver repuntar los índices de uso de la bicicleta o incluso superar los máximos anteriores a la pandemia. Mientras tanto, la concienciación sobre la seguridad del casco y los límites legales de las bicicletas eléctricas podría frenar los comportamientos de riesgo y mantener a más ciclistas en la carretera.

En pocas palabras, los franceses adoran sus bicicletas, pero hay margen para pedalear más fuerte tanto en el terreno político como en el de la seguridad. Ya sea en la bulliciosa París o en las ondulantes colinas de Borgoña, las ruedas están en movimiento -literalmente- para hacer de la bicicleta una parte más importante de la vida cotidiana.

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