Si has echado el ojo a una bicicleta eléctrica pero has dudado por el precio, no eres el único. Las bicicletas eléctricas han ganado popularidad en los últimos años, convirtiendo las calles de las ciudades en bulliciosos carriles de ciclistas y aventureros de fin de semana. Pero a pesar de su creciente atractivo, los precios siguen siendo difíciles de asumir, sobre todo si buscas un modelo de gama alta con la última tecnología en baterías y diseño de cuadro.
¿Y las buenas noticias? Los expertos del sector prevén que los precios de las bicicletas eléctricas empiecen a bajar en un futuro próximo. ¿Por qué? Los principales fabricantes de baterías y bicicletas se están instalando en Europa para estar más cerca de su mayor mercado. Al trasladar la producción de Asia al corazón del Viejo Continente, pretenden agilizar las cadenas de suministro, reducir los costes de envío y trasladar ese ahorro a los ciclistas como tú y como yo.
Las fábricas europeas se preparan
En el Taipei Cycle Show celebrado a principios de año, Phylion (una gran empresa de baterías de litio) anunció que su filial Joycube está terminando de construir una nueva fábrica a una hora de Budapest. La planta, que empezará a funcionar parcialmente en junio, producirá inicialmente volúmenes modestos mientras el equipo prueba las cadenas de suministro locales y forma al personal. Pero se espera que a finales de año funcione a pleno rendimiento.
Del mismo modo, Greenway -otro fabricante chino de baterías- se ha asociado con un socio alemán para poner en marcha su propia línea de montaje en Hungría. Aunque no se ha revelado el nombre exacto del socio, la estrategia es clara: aprovechar la reserva europea de ingenieros y técnicos cualificados y evitar los quebraderos de cabeza que supone construir una planta totalmente independiente.
Asociarse para obtener experiencia local
¿Por qué asociarse en lugar de enviar piezas desde Asia? Para empezar, trabajar con una empresa local puede reducir drásticamente los trámites burocráticos y los costes iniciales. Como señalan los responsables de Greenway, asociarse con un fabricante europeo consolidado significa aprovechar la infraestructura, la experiencia y los conocimientos normativos existentes. ¿Dolores de cabeza en la construcción? Casi inexistentes en comparación con la construcción de una nueva planta.
El rival de Phylion, Polygon, utilizó un modelo similar en Indonesia el pasado noviembre. Su empresa conjunta, Pt Greenway Energy Indonesia, opera en mercados del sudeste asiático e incluso en Norteamérica. Ahora, trasladar este modelo a Europa podría suponer tiempos de lanzamiento más rápidos y una mayor agilidad para adaptar los productos a los gustos y normas locales.
Impacto de los precios y qué esperar
Vale, las fábricas están más cerca de casa, ¿pero cómo se traduce eso en una reducción de precios para los consumidores? Piénsalo: se reducen las distancias de transporte, los aranceles de importación y la complejidad logística. En lugar de pagar fletes inflados desde Asia, los ensambladores europeos pueden abastecerse de ciertos componentes en la región o traer directamente las celdas de las baterías, ahorrando semanas de tránsito y potencialmente cientos de dólares por unidad.
Dicho esto, la mano de obra en Hungría no es tan barata como en China o el sudeste asiático. Pero la contrapartida es un mejor control de calidad, un servicio posventa más rápido y una menor huella de carbono (algo que muchos compradores valoran). Todos estos factores podrían traducirse en un precio más atractivo sin sacrificar las prestaciones ni la seguridad.
De cara al futuro
Incluso con la puesta en marcha de estas nuevas instalaciones, es posible que pase algún tiempo antes de que veamos rebajas significativas. Los fabricantes querrán cubrir su inversión inicial y garantizar un funcionamiento estable antes de recortar los precios. Sin embargo, a medida que más actores sigan su ejemplo -trasladando líneas de montaje o forjando alianzas locales-, la presión competitiva aumentará, lo que es una gran noticia para los motoristas.
En los próximos dos años, no se sorprenda si las bicicletas eléctricas de gama media empiezan a rondar entre los 1.000 y los 1.200 ¤, frente a los 1.500 ¤ o más actuales. Los modelos de gama alta, con pantallas inteligentes integradas, baterías de gran capacidad y diseños elegantes, también podrían tener precios más modestos, lo que los haría accesibles a un público más amplio, deseoso de cambiar el coche por alternativas más ecológicas.