El pasado fin de semana, Evo Japan -uno de los mayores torneos de juegos de lucha del mundo- sufrió un grave percance cuando las consolas PS5 empezaron a fallar a mitad de la competición. Jugadores y aficionados se quedaron atónitos cuando las consolas empezaron a sobrecalentarse, los mandos se volvieron locos y las frecuencias de cuadro cayeron justo en los momentos más intensos de las partidas. Lo que se había anunciado como una exhibición de habilidad de élite se convirtió rápidamente en una prueba de estrés para el hardware insignia de Sony.
Originalmente adquirida por Sony en 2021, Evo Japan debía poner de relieve el compromiso de la marca PlayStation con los deportes electrónicos. En su lugar, el evento de este año puso de relieve los límites térmicos y de hardware de la PS5. El estadounidense RedDitto sufría frecuentes apagones y desviaciones del joystick en mitad de un enfrentamiento de Guilty Gear Strive, lo que le obligaba a pausar las partidas o cambiar de equipo sobre la marcha.
Por qué la PS5 se ahoga bajo una paliza
La PS5, que se diseñó para un salón acogedor, nunca estuvo pensada para funcionar a pleno rendimiento durante horas en un estadio abarrotado. Las batallas de esports profesionales llevan a las consolas mucho más allá del juego casual, acelerando GPU y CPU hasta sus límites. Las continuas partidas de alto octanaje de Evo Japan resultaron ser un entorno brutal, que provocó repetidas ralentizaciones térmicas y, en algunos casos, daños permanentes en los puertos USB traseros y los componentes internos.
El año pasado surgieron informes similares sobre puertos quemados y ladrillos de alimentación rotos durante sesiones prolongadas. En Evo Japan 2023, muchas de las PS5 utilizadas fueron sustituciones que se cambiaron entre rondas para mantener la acción. Aun así, los concursantes y los organizadores admiten que estas soluciones rápidas no son más que tiritas para un problema de diseño mayor que Sony todavía no ha resuelto del todo.
Impacto en jugadores y aficionados
Los problemas de hardware provocaron la frustración de los jugadores y el nerviosismo de los aficionados. Los apagones a mitad de partida y las caídas erráticas de frames rompieron el ritmo de las tensas rivalidades, decidiendo a veces a los ganadores por incomparecencia. Las redes sociales se llenaron de quejas, y grandes profesionales como PunkDaGod amenazaron públicamente con no acudir a futuros Evo Japan si continuaban los problemas con las consolas.
Para los espectadores, la emoción de ver combos de píxeles perfectos se convirtió en incómodas pausas e intermedios técnicos. El chat de Twitch se llenó de voces burlándose de la situación, mientras algunos proponían trasladar el torneo a PC o incluso a consolas Xbox Series X, famosas por sus soluciones de refrigeración más robustas. Sin embargo, dado que Sony es la propietaria de Evo Japan, parece muy improbable que se produzca un traslado del hardware de PlayStation.
De cara al futuro: Soluciones y alternativas
Los organizadores están apostando sobre seguro almacenando unidades de PS5 adicionales y rotándolas con más frecuencia para minimizar el tiempo de inactividad. Los informes de la sede confirman que había copias de seguridad preparadas para todos los grupos de partidos. Sin embargo, muchos argumentan que este malabarismo logístico es insostenible y resta prestigio al evento. Al fin y al cabo, los torneos de esports deberían mostrar el talento de los jugadores, no las pruebas de resistencia del hardware.
Algunos analistas del sector sugieren que Sony podría lanzar una PS5 Pro apta para torneos o asociarse con especialistas en refrigeración para fabricar disipadores externos adaptados a los deportes electrónicos. Hasta entonces, algunos equipos están practicando tranquilamente en PC, preparándose para un posible cambio de reglas o un circuito de juegos de lucha totalmente independiente. Es posible que los aficionados pronto vean cómo Evo Japan se divide en circuitos paralelos: partidos oficiales sancionados por Sony en consolas y una división de PC que garantice la estabilidad bajo presión.
Reflexiones finales
El colapso de la PS5 en Evo Japan sirve como llamada de atención tanto para Sony como para la comunidad de esports en general. Mientras que las consolas prosperan en las salas de estar, las competiciones de nivel profesional exigen un hardware capaz de soportar sesiones de juego maratonianas sin perder el ritmo. A medida que se asienta el polvo en el torneo de este año, la gran pregunta sigue siendo: ¿dará Sony un paso adelante con una solución, o buscarán los aficionados y los jugadores alternativas para mantener vivo el espíritu de lucha?